1. Producción léxica general
Se han
obtenido 43,037 palabras en 5 tipos de textos de la encuesta aplicada a una
muestra representativa de alumnos y alumnas de nueve grupos de la generación
2011-2015 de la licenciatura en Economía que ingresaron en agosto de 2010 y que
en la etapa de arranque de este proyecto cursaban el segundo semestre.
Así, se han revisado, clasificado y
analizado cada una de dichas palabras en sus correspondientes categorías
gramaticales y las estructuras que forman en frases, oraciones y párrafos, así
como los conceptos que con ellas se construyen.
2. Resultados lexicométricos generales
2.1. Resultado cuantitativo total de palabras de mujeres y hombres
Hasta la
primera fase del proyecto se han obtenido y analizado:
Producción léxica
total/5 textos
|
||
43,037
|
Correspondientes,
como ya se graficó, a:
informantes
|
matrícula
|
mujeres: 85 (38%)
|
mujeres: 35%
|
hombres: 135 (62%)
|
hombres: 65%
|
Aparentemente hay una mayor producción de vocablos y palabras
por parte de los hombres, lo cual –debe advertirse– no representa aún un dato
significativo para poder establecer –como se suele hacer informalmente o por
voces y documentos no especializados– que un género u otro tiene mayor
complejidad lingüística; se debe tomar en cuenta
que se están mostrando totales de palabras, aún no ponderadas por el número de
informantes por género; las frecuencias relativas corrigen esa aparente mayor
producción en hombres.
Por
otro lado, aquí sólo se
manifiesta una mayor producción cuantitativa, más adelante se desglosa dicha
producción léxica por categorías gramaticales y se ofrece una interpretación
cualitativa (semántica) que en una visión de conjunto puede ya presentar un
diagnóstico más profundo de las diferencias lexicométricas y lexicosemánticas
entre uno y otro género, pero sólo paralelamente, ya que es tal el propósito de
este estudio.
En resultados ponderados se
registra una mayor producción léxica en las mujeres, al considerar el número de
informantes por género, lo cual sí indica una diferencia cuantitativa, pero
tampoco es aún un dato que permita afirmar que las mujeres poseen una mayor
complejidad lexicoconceptual, no sólo porque las mujeres producen entre una y
dos palabras más en promedio por cada tema, que no es una diferencia
significativa, sino porque sólo revela eso: que su discurso echa mano de más
palabras. Los siguientes análisis desglosan categoría por categoría en dónde se
encuentra esa mayor producción de palabras, con lo que entonces se podrá
argumentar si hay o no mayor complejidad (riqueza, elaboración conceptual) en
uno o en otro género. Pero insisto en que no es ése el propósito de este
estudio, sino documentar lexicométricamente la riqueza o pobreza
lexicoconceptual del estudiante de Economía.
Ya
se señaló en la introducción que el tema Medios de transporte obedece al interés de hacer estudios
comparativos con otros grupos escolares de distintos grados, además de que
sirve de variable “suave” con la cual establecer correlaciones sobre la
complejidad lexicosemántica de las otras variables temáticas y reforzar la
validación de éstas.
De
entrada llama la atención que aumenta la producción léxica cuando el detonador
temático es más propio de su disciplina de estudio, aunque desde una
perspectiva general (Economía versus
Medios de transporte), es decir que no sucede así cuando el tema económico es
más específico, como se expone enseguida.
Igualmente
destaca que se manifiesta una positiva dispersión para las palabras y vocablos
nucleares semánticamente hablando, es decir los sustantivos, y que de éstos
también se puede subrayar que hay una dispersión favorable que da cuenta de la
presencia de conceptos fundamentales –y más frecuentes en esta variable de la
encuesta– de la teoría económica, como:
bienes
bienestar
capital
capitalismo
consumo
bancos
consumo
costo
crisis
demanda
desarrollo
dinero
distribución
dinero
empresa
escasez
finanzas
gobierno
historia
ingreso
inversión
macroeconomía
matemáticas
Marx
mercado
microeconomía
monopolio
neoliberalismo
oferta
PIB
pobreza
política
precios
producción
recursos
renta
riqueza
servicios
trabajo
teoría
trueque
sociedad
utilidad
valores
*En cursivas las todavía más frecuentes (33): su
aparición rebasa las 10 menciones.
Sin embargo, esta presencia conceptual,
desplegada en la parte de la encuesta que pide palabras sueltas, aisladas,
contrasta con la variable de la encuesta en el formato de redacción (como ya se
señaló: el discurso, de donde se pueden extraer conclusiones sobre la
complejidad lingüística y las habilidades para la producción de textos de los
estudiantes), en que estos conceptos básicos no aparecen ya articulados en la
redacción de los estudiantes y tampoco figuran entre algunos de los vocablos en
general ni sustantivos en particular más frecuentes. Esto quiere decir que
subyacen en el inventario de conceptos básicos en la estructura lexicomental de
los estudiantes y emergen sólo si se estimula dicho eje temático y únicamente
en el nivel de conceptos aislados, pero no han pasado a formar parte del
vocabulario entretejido en su discurso activo, aun cuando también se detone
mediante un núcleo temático semejante.
Además,
cuando el centro de interés (Producción, distribución, circulación y consumo)
es más específico que el tema de economía en general, vuelve a disminuir la
producción léxica. Comparativamente, este detonador temático ya no tiene una
dispersión positiva de vocablos asociados a los conceptos básicos de la
economía, sino que condensa una mayor frecuencia a menos vocablos, de ahí que
aunque el número de palabras no sea significativamente diferente, el número de
vocablos sí disminuye sensiblemente; haciendo el mismo ejercicio de encontrar
los vocablos que alcanzan o rebasan las 10 apariciones, se advierte que se
reduce a 23 el número de ellos:
bienes
capital
consumidor
consumo
costo
demanda
dinero
empresas
ingreso
insumos
intercambio
maquinaria
medios
oferta
precio
producción
producto
salario
servicios
tecnología
trabajo
transporte
Y el grado de concentración es tal que por
ejemplo vocablos y conceptos como “bienes” puede multiplicar hasta por cuatro su frecuencia, “capital” por
dos, “economía”, por tres, “mercado” por tres, “pobreza” por dos, “precio” por
dos, “salario” por dos, “recursos” por tres, “riqueza” por dos, “sociedad” por
seis, “teoría” por tres, “transporte” por 15, y diversos vocablos como trabajo
en un treinta por ciento. Dicha mayor concentración en menos vocablos indica un
menor número de redes conceptuales.
Aún
faltará en una siguiente fase de este estudio, discriminar las palabras de uso
general y de enlace (verbos, conjunciones, preposiciones, artículos) de los
sustantivos, más propios de ese discurso especializado, además de extraer de
dichos sustantivos los específicamente relacionados con la economía.
2.2. Resultado cuantitativo total de porcentajes de
palabras/redacciones de mujeres y hombres
El análisis de este estudio se centra en la
producción léxica de las dos redacciones (sobre Texto 1: Experiencia de vida y Texto
2: Economía nacional), en función de que con ellas no sólo se obtienen palabras
“sueltas”, asociadas, como ya se expuso a conceptos desarticulados en la
escritura, sino que se recoge el discurso que más efectivamente refleja la
complejidad lingüística y lexicoconceptual
a que alude el proyecto y que sostengo en ésta y otras investigaciones: las agrupaciones conceptuales y funcionales configuran
las palabras en la estructura lexicomental y en el discurso: no usamos palabras
sueltas ni aisladas, sino correlacionadas linealmente y asociadas
multivectorialmente a significados y conceptos, esto es en el discurso
(Arriaga, Involución de la complejidad…,
p. 45).[1]
De ahí
que en lo sucesivo se entenderá “producción léxica total” como la resultante de
estos dos textos. Así, se han obtenidos estos resultados:
Primer texto
|
||
vocablos
|
2021
|
|
palabras
|
12205
|
|
mujeres
|
hombres
|
|
vocablos
|
874
|
1147
|
palabras
|
5021
|
7184
|
Segundo texto
|
||
vocablos
|
2301
|
|
palabras
|
14610
|
|
mujeres
|
hombres
|
|
vocablos
|
949
|
1352
|
palabras
|
5956
|
8654
|
Como ya se había señalado, en estas dos
variables centrales de la encuesta, también aparentemente hay una mayor producción de vocablos y
palabras por parte de los hombres, pero igualmente la ponderación por número de
informantes revela que es más numerosa la producción léxica en mujeres, aunque
de nuevo también es necesario reiterar que este registro cuantitativo general
no está aún ponderado por el número de informantes, y que las frecuencias relativas corrigen esa aparente mayor producción
en hombres.
2.3. Resultado cuantitativo listados de palabras de mujeres y
hombres. Frecuencias
En la siguiente
gráfica, ya ponderados esos datos por número de informantes por género, se
repite, como en las anteriores variables, la mayor
producción léxica en mujeres; el argumento consecuente es semejante: sí indican
una diferencia cuantitativa, pero no suficiente para afirmar que las mujeres
poseen una mayor complejidad lexicoconceptual.
Lo que sí es un dato interesante que se muestra en la gráfica posterior
es que, independientemente del género, hay un incremento léxico cuando la
variable obedece al tema de economía, por encima del tema más personal,
vivencial, de la experiencia de vida. Ello puede obedecer a diferentes razones,
desde psicológicas hasta académicas. El punto es que se manifiesta una mayor
fluidez, espontaneidad y disposición de vocablos y palabras sobre la
conceptualización de la economía, lo que a su vez revela que efectivamente, en
esta etapa de educación superior y finalmente de vida, los temas académicos
“ocupan” (en el sentido de su “experienciación” del mundo) en mayor medida su
vocabulario, y con él su estructura lexicoconceptual: ser estudiantes y serlo
de una disciplina específica es un asunto predominante en su mundo interior,
hecho que debe entonces reforzarse con más herramientas lingüístico-pedagógicas
interrelacionadas con las materias curriculares para consolidar esa red
lexicoconceptual y así evitar que el incremento de sus redes lexicoconceptuales
se quede en un proceso coyuntural de uno o algunos semestres, sino que se
instale más permanentemente en su propia arquitectura lexicoconceptual; el
vocabulario opera en la mentalidad con una dinámica que implica tanto la
incorporación, como el desecho de vocablos y palabras cuando dejan de ser
“útiles” o frecuentes en el discurso.
[1] “La lengua no se crea sino con vistas al
discurso, pero ¿qué es lo que separa el discurso de la lengua, o lo que, en
determinado momento, permite decir que la lengua entra en acción como discurso?
(...) el discurso consiste, aunque más no sea rudimentariamente y por vías que
ignoramos, en afirmar un lazo entre dos de los conceptos que se presentan
revestidos de forma lingüística, mientras que la lengua sólo realiza
previamente conceptos aislados, que esperan ser relacionados entre sí para que
haya significación de pensamiento” (“Borradores de cartas de F. de Saussure” en
Jean Starobinski, Las palabras bajo las palabras. La teoría de los anagramas
de Ferdinand de Saussure.
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